Las entidades emisoras de las guías médicas y alimenticias basaron sus recomendaciones en teorías refutables, estudios sesgados e intereses políticos, carentes de principios y valores.
Debemos hacer una transición rápida hacia un sistema de atención integral. Un sistema que eduque a los ciudadanos para que sean capaces de descartar las recomendaciones detrimentales de los entes de salud (prevención) y de enfrentar las consecuencias de haber seguido tales recomendaciones (remisión).